Los celtas de la Galia rindieron culto a varias deidades que nosotros conocemos poco más que sus nombres. El escritor romano Lucano (siglo I) menciona los dioses Taranis, Teutates y Esus ("Dioses de la noche"), pero existe muy poca evidencia de que éstos fueran deidades célticas importantes.
Algunas de estos dioses y diosas pueden haber sido variantes de otros; Epona, por ejemplo, puede haberse convertido en la heroína Rhiannon en Gales, y Macha a quien se le rendía culto principalmente en Ulster. Los pueblos politeístas raramente cuidan y mantienen sus panteones en un orden aseado y ordenado en que a los investigadores les gustaría encontrarlos. Algunas de éstas son:
Cernunnos
Cernunnos (El Astado), es evidentemente de gran antigüedad, pero nosotros conocemos muy poco de él. Probablemente es él quién aparece realzado en el famoso caldero de plata encontrado en Gundestrup, Dinamarca qué data de 1 o 2 siglos adC. Se cree que es el dios de la abundancia y amo de los animales salvajes. Su naturaleza es esencialmente terrenal.
Se le representa mayor, tiene las orejas y los cuernos de un ciervo y lleva un "torque", especie de collar galo. Está a menudo acompañado por una serpiente con cabeza de carnero. Aparece como el amo de los animales salvajes, terrestres y acuáticos. Sin duda manifiesta la fuerza, el poder y la perennidad (simbolizada por el ramaje). Se le representa como el donador de un altar con un cesto de vituallas, pasteles y monedas.
Belenus
Belenus era una deidad regional a la que se le rendia culto principalmente en el norte de Italia y en la costa de la Galia mediterránea. Él era principalmente un dios de agricultura. Una gran fiesta llamada Beltaine es asociada con él. Algunos todavía debaten si él realmente era en absoluto una deidad. Su nombre significa "luminoso y brillante" y algunos creen que 'él' simplemente representa las grandes hogueras de la fiesta de Beltaine.
Coincidiendo con esta idea al topónimo asturiano Beleñu proveniente del céltico Belenus, se le añadió el de San Xuan, por ser este el día de la celebración del solsticio de verano en el que se hacen las hogueras coincidente con el día de Beltaine.
Teutates
Dios guerrero y protector de las tribus. Se le identifica como el Marte romano y Dagda de los irlandeses. Formaba parte de los "dioses de la noche" junto a Esus y Taranis, siendo un dios que recibía muchos sacrificios por parte de los druidas. Se le adoraba sobre todo en la Galia y en la Bretaña romana.
Taranis
Dios del trueno, de la tormenta y el cielo. Era un dios temido, cuyo culto se extendía por la Galia y parte de Bretaña. En particular, su adoración era muy parecida a la de Teutates, ya que para aplacar su ira se le dedicaban sacrificios y era miembro de la triada formada por estos dos más Esus. Se le relaciona con Thor, por su similitud con los poderes del rayo y el trueno, y los romanos le identificaban con Júpiter.
Esus
Dios sanguinario, señor de los bosques. Agrupado por Lucano junto a Teutates y Taranis como dioses principales de los galos. Recibía sacrificios debido al temor por ser un dios salvaje y ávido de sangre.
Esta raza de seres divinos, habitantes míticos de Irlanda antes de los celtas, afirmaba descender de la diosa ancestral Danu. Ellos aportaban a Irlanda cuatro talismanes poderosos: La piedra de Fâl, que gritaba cuando quien debía ser rey la tocaba, la lanza de Lug, que garantizaba la victoria, la espada de Nûada, de la cual nadie podía escapar, y el caldero de Dagda, que lograba saciar a todo el mundo.
Muchos dioses ejercían una función particular: Ogme se especializó en el arte de la guerra, Lug en las artes y las técnicas, Goib-niu era el dios de la forja, Diancecht el dios de la medicina,… Un montón de mitos y cuentos se relacionaban con los dioses más importantes del Tûatha Dé Dânann y con su función. Dagda, el dios padre tribal, era el dios de la abundancia y de la regeneración.
Este Dios poseía dos dones: una porra, en la que una de las extremidades mataba y la otra devolvía la vida, y un caldero enorme e inagotable.